El Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha conseguido promover un acuerdo entre la Sociedad Anónima Industrias Celulosa Aragonesa (SAICA) y la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria S.A. (SAREB) para la redacción de una modificación de Plan General de Ordenación Urbana sobre la antigua área F/53-4, suelos de Aceralia, en el barrio del Picarral. Se construirán 850 viviendas y zonas verdes en este distrito de Zaragoza.
El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha estimado que se trata de un «día histórico» y el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, ha enfatizado en que se desbloquea así una «cicatriz urbanística» que lleva 21 años sin resolverse y que permitirá un desarrollo con viviendas, zonas verdes y equipamientos.
En el acto de presentación del proyecto –que el jueves, 19 de enero, pasará por la Comisión de Urbanismo del Consistorio–, ha contado con la presencia del presidente del Grupo Saica, Ramón Alejandro, y del presidente de la Asociación de Vecinos Picarral-Salvador Allende, Javier Artal.
Azcón ha agradecido el trabajo realizado por el área de Urbanismo y la disposición de los propietarios del suelo, de la dirección de Saica y de los vecinos para solucionar «el problema urbanístico más importante del Picarral», que marca «un antes y un después» e iniciará ahora su andadura y permitirá «soñar con nuevos objetivos».
El alcalde ha subrayado el papel de Saica como «motor de este proyecto», empresa que posee una fábrica en la zona, y que, según este proyecto, ampliará su presencia con la construcción, principalmente, de oficinas. Asimismo, se ha referido a la SAREB, propietaria de gran parte del suelo, «que también gana aprovechamientos urbanísticos residenciales».
El proyecto
La transformación de estos 159.080 metros cuadrados de suelos, situados entre la avenida del alcalde Caballero y los caminos de los Molinos y de la Corbera Baja, se preveía expresamente en el PGOU de 2001 y hubo otros intentos de modificaciones que no contaron con el beneplácito de los propietarios de los suelos y que llegaron incluso hasta los tribunales de justicia, que les terminó dando la razón con una sentencia del Tribunal Supremo en 2012, anulando así la propuesta municipal en aquel momento.
La modificación que ahora se plantea define un área de intervención de suelo urbano no consolidado de usos mixtos –residencial e industrial–, que reduce la edificabilidad del área, que pasa a 125.025 metros cuadrados –el 46,46% menos– y el número máximo de viviendas, que baja de las previstas 2.400 a 850 –61,08% menos– al reducir la densidad residencial, y también la altura máxima de los edificios residenciales, que tendrán seis plantas y no ocho. La previsión de viviendas de protección es de 237.
Además, el 10% del aprovechamiento dotacional municipal contará con 74.383,64 metros cuadrados. De estos, las zonas verdes que se crearán alcanzarán los 32.623,79 metros cuadrados, los equipamientos tendrán una parcela de 15.946 metros cuadrados y el viario público ocupará 25.813,85 metros cuadrados.
Concretamente, se dispone una zona verde al norte, frente a avenida del Alcalde Caballero; una parcela de equipamiento y zona verde separando las viviendas de los terrenos industriales de Saica; y un espacio libre de transición entre el uso residencial y las vías del ferrocarril. La zona sur tendrá usos industriales, en la zona más próxima a las instalaciones de Saica.
Compromiso con el Picarral
El presidente del Grupo Saica, Ramón Alejandro, se ha felicitado por un acuerdo «en el que todos hemos cedido», para el que antes de iniciar la negociación se habló con todos los partidos políticos con representación en el Consistorio «y en principio todos mostraron su conformidad», y que se ha logrado en colaboración con la asociación de vecinos y el mayor propietario de terrenos, la SAREB.
«Todas las partes estamos relativamente satisfechas, es un acuerdo razonable» y para Saica va a suponer «consolidar» su presencia en el barrio. Ha anunciado que en cuanto estén en condiciones de hacerlo, solicitarán la licencia de obra y su parte se urbanizará lo antes posible.
El presidente de la Asociación de Vecinos Picarral-Salvador Allende, Javier Artal, ha expresado su satisfacción, tras «más de 20 años negociando» respecto a un espacio que es considerado por quienes viven en la zona como un «cáncer que nos estaba corroyendo», por la presencia de chabolismo y droga en él.
Ha considerado: «Lo que no es admisible en el paseo Independencia, no lo es en el Picarral, somos igual de vecinos» y, sobre los usos del suelo, «creemos que pueden ser mejores para los vecinos» respecto al proyecto presentado, para plantear que el futuro puedan llegar el tranvía e incluso tener un apeadero del ferrocarril del Canfranc.