
El Hospital Clínico Universitario ‘Lozano Blesa’ de Zaragoza cuenta con un nuevo espacio asistencial para pacientes crónicos, ubicado en la planta primera del edificio de consultas externas y que ha visitado este lunes la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés.
El Clínic en la actualidad asiste a unos 350 enfermos de este tipo. Al respecto, el gerente del Clínico, José Ignacio Barrasa, ha aclarado que el espacio inaugurado ahora es el inicio de la unidad, a partir del cuál «vamos a construir la atención al paciente crónico, ampliando horarios y servicios».
Repollés ha comentado, por su parte, que esta nueva unidad dispone de condiciones para que los pacientes y sus familias «se sientan confortables, podamos atenderlos en su día a día en aquellas facetas de su asistencia que requieran de una hospitalización por horas».
Ha añadido que se trata, en su mayoría, de personas de edad avanzada, con pluripatologías y dificultades de movilidad, que van a poder disfrutar de unos espacios «amables», para recibir tratamientos, como transfusiones, con el propósito «de atenderlos en condiciones de calidad y sin barreras arquitectónicas», «un paso más en la asistencia de este tipo de enfermos», ha glosado.
Repollés ha señalado que esta intervención ha sido posible gracias a la dotación de 173.137 euros, recaudados en un mercadillo solidario organizado por los empleados de la plataforma logística de Inditex de Zaragoza, que tuvo lugar la pasada Navidad.
La unidad cuenta con dos enfermeras y con el personal del Servicio de Medicina Interna, «que es quien lidera el trabajo que se hace en ella», y supone un «cambio muy trascendente» para el centro, fruto «de la evolución de la asistencia de estos últimos años, con el aumento de los enfermos crónicos».
Se van a administrar «tratamientos complejos de uso hospitalario» a estos pacientes, que son «más frecuentes», y también va a servir para coordinar la atención de estos enfermos entre la atención primaria y la hospitalizada, «evitando que vayan a urgencias o que tengan que hacer hospitalizaciones innecesarias», ha dicho Barrasa.
Los pacientes que requieren de este tipo de asistencia sufren enfermedades reumatológicas, cardiológicas o digestivas, entre otras, y reciben tratamientos hospitalarios ambulatorios.
La zona remodelada ocupa una extensión de unos 110 metros cuadrados, donde se han eliminado todas las barreras arquitectónicas, y está dotada con seis sillones, uno de aislamiento, una zona de recepción, un baño de asistidos y otro adicional, con zonas abiertas, acristaladas, con paso de luz natural y uso de materiales y colores neutros.