La nueva estación de Canfranc (Huesca) ha sido inaugurado esta semana - Verónica Lacasa - Europa Press

El proyecto ferroviario del enclave pirenaico de Canfranc, a escasos kilómetros de la frontera con Francia, es en palabras del consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, «un acto de amor» para «llenar de vida» esta histórica villa, que se encuentra cerca del Summus Portus, un paso natural recorrido desde la Antigüedad. La localidad recibió en 1928 a Alfonso XIII para inaugurar la estación internacional, que comunicó España con el país vecino hasta 1970.

El Gobierno de Aragón lidera desde hace décadas el proyecto de reapertura de la línea internacional, una iniciativa en la que coincidieron ya los promotores de la autonomía aragonesa en los primeros años 80, y que el cuatripartito de los Gobiernos de España, Francia y las regiones de Aragón y Nouvelle Aquitaine quiere llevar a término para que los trenes de viajeros y mercancías vuelvan a conectar Zaragoza con Pau y Burdeos en 2025 o, incluso, antes.

Aunque los trenes volverán a circular en 2025, si se cumplen los objetivos, los apartaderos estarán terminados en 2030 y la electrificación en 2040, pero el Gobierno de Aragón quiere adelantar los plazos y «reabrir si es posible ya en eléctrico y con los apartaderos», lo que depende de las ayudas europeas.

El cuatripartito internacional y Adif están trabajando desde 2017 a través del Mecanismo ‘Conectar Europa’ para impulsar la reapertura, determinando las «hipótesis de convergencia», es decir, «cómo tiene que ser la línea para que sea plenamente interoperable» en 2025, «para que un tren salga de Zaragoza y llegue a Pau cruzando el túnel«, lo que exige «que todos los requerimientos técnicos sean los mismos».

La interoperabilidad es una novedad, ya que en su construcción inicial los anchos de vía eran diferentes y ahora ha sido necesario diseñar un determinado ancho de vía común, nuevos gálibos para el túnel y otros parámetros, como la carga por eje, un conjunto de especificaciones técnicas. «A partir de ahí seguiremos adaptando los proyectos constructivos», ha continuado Soro, en declaraciones a Europa Press.

La antigua estación internacional es uno de los primeros casos de construcción en España con hormigón armado y «uno de los primeros ejemplos de arquitectura industrial». Tiene una planta de 3.000 metros cuadrados y una superficie construida de 9.000, en tres pisos, «con un diseño impresionante».

Los proyectos para Canfranc «afectan a dos de las palancas estratégicas» de Aragón, como son el turismo y la logística, ha realzado el consejero, ya que «va a ser un foco turístico importantísimo, un referente internacional«, pero también cobrará más importancia la logística. «Por eso son tan potentes».

EP