Agentes de Policía Nacional de la Comisaría del Distrito del Centro en Zaragoza han detenido a O.M., de 19 años, de origen argelino, como presunto responsable de un delito de robo con violencia y otras lesiones, tras asaltar de manera sorpresiva y violenta a su víctima. La detención ha tenido lugar este miércoles, 11 de noviembre, según han indicado fuentes policiales.

Los hechos se produjeron el pasado 3 de noviembre, a las 5.40 horas, en la calle Lastanosa, cuando un hombre fue asaltado de forma violenta por otro varón que lo esperaba oculto entre dos contenedores de basura.

La víctima fue inmovilizada por el asaltante, intentando sustraerle la bandolera que portaba y propinándole varios golpes que le dejaron aturdido.

El autor de los hechos, una vez arrebatadas las pertenencias, emprendió huida a la carrera sin poder ser localizado por las patrullas en servicio.

Al final, los investigadores han logrado identificar y detener al autor, que ha pasado a disposición judicial este viernes, 13 de noviembre. El Juzgado de Instrucción número 3  ha puesto en libertad provisional al ciudadano.

Detenido el carterista que engañaba a los taxistas

Agentes de la Jefatura Superior de Policía en Aragón, pertenecientes Grupo de Hurtos, han detenido de nuevo, en Zaragoza, una semana después, a I.Z., de 24 años, el carterista que engañaba a los taxistas. En esta ocasión, a los delitos continuados de hurto y estafa, se le ha añadido la imputación de un delito de robo con violencia.

El joven cuenta con cerca de una treintena de detenciones por delitos similares, para los que buscaba a sus víctimas, casi siempre mujeres, a las que sustraía la cartera del interior del bolso, utilizando la astucia y el descuido.

Una vez que se había hecho con el dinero en efectivo, pasaba a utilizar las tarjetas bancarias para lo cual requería los servicios de varios taxis. Con la excusa de que la tarjeta tenía poco saldo y que tenía la necesidad urgente de acudir a un centro hospitalario, pactaba con el taxista un precio por anticipado.

Utilizando siempre la misma técnica, I.Z. cancelaba la carrera a los pocos minutos, simulando tener que atender unas necesidades antes de acudir a su consulta médica, por lo que requería del chófer el abono proporcional en metálico de la carrera no efectiva, consiguiendo así liquidez en cada uno de los viajes.