Plaza del Pilar. DZ

Plaza del Pilar, Zaragoza 12 de octubre de 2020

Este domingo 12 de octubre de 2020 también pasará a la historia, el Pilar del Covid-19, el Pilar sin flores, sin nuestros trajes regionales,  sin olor a fritanga en la Calle Don Jaime. El Pilar más extraño de nuestras vidas.

-12.00 horas: El Paseo Echegaray tiene el tráfico de cualquier lunes a las 9 de la mañana. El paisaje sólo lo cambia una veintena de coches ondeando las banderas de España y tocando el claxon. La sensación: mucho ruido y pocas nueces. En Zaragoza es el Día de la Virgen, muy por encima del Día de la Hispanidad.

La Plaza está como un domingo de primavera. Un goteo de rostros resignados. Este año no hay fiestas, no hay Ofrenda. Un pequeño altar de flores al lado de la entrada principal reclama la atención general.  La cola para entrar a la Basílica no asusta. «No hemos tardado ni 10 minutos e entrar», comenta una pareja de jubilados. «Hemos venido todos los años y aquí estamos. Maldito bicho este virus!, dice el señor. «Ponte bien la mascarilla», interrumpe la mujer.

Apenas se ven mañicos ataviados con sus trajes regionales. Se puede pasear con normalidad por la Calle Don Jaime, incluso por la Calle Alfonso. Increíble.

¿Y los cachirulos? Pocos, muy pocos, y la mayoría no van colgados al cuello, sino impresos en las mascarillas. Todo el mundo va con mascarillas, algunos bien puestas, otros de babero. Son las 12.30 horas. Me viene a la cabeza la mejor frase que, en mi opinión, se ha pronunciado en estos tiempos tan atípicos: «No sabíamos que éramos felices…».

El año pasado me costó un infierno tomarme unas tapas en la Plaza San Marta, en la Calle Mayor. Esta vez hay sillas libres.. en la misma Plaza del Pilar. Es la foto de un domingo cualquiera.

Plaza del Pilar. Domingo 12 de octubre de 2020. DZ

Los zaragozanos han salido en grupos pequeños, muchas parejas. Y resignación. Son las «no fiestas, de la no ofrenda, de nuestro no día más grande». Nos queda depositar las flores vía internet, y esperar al 12 de octubre de 2021. ¡Ojalá entonces volvamos a ser medio millón de cachirulos!

Javier Aznar,  maño, periodista