
Expertos en repostería han recreado un dulce romano mediante un molde de una de las piezas que se exhiben en la exposición «El comercio cerámico a través del Hiberus», que se puede contemplar en la sala del Torreón Fortea de Zaragoza hasta el próximo 26 de junio.
La muestra, integrada por 39 piezas, da a conocer al visitante los diferentes aspectos de la vida cotidiana que se desarrolla en el valle del Ebro entre los siglo I y III, como el ocio, la ideología, el comercio, la religión, la tecnología y la gastronomía.
Entre todas ellas, se encuentra un molde para dulces con el que se daba forma a una liebre comiendo uvas. La matriz estaba formada por dos valvas, de las que solamente se conserva una y su hallazgo se produjo en el año 2002, en el curso de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el teatro romano de Caesaraugusta.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha querido dedicar una especial atención a esta pieza y ha promovido recrear su utilidad en la repostería actual, una iniciativa en la que han colaborado la empresa Molweld, especializada en fabricación de moldes de inyección de plásticos, y la tienda especializada en productos gourmet, Montal.
La empresa Molwed ha escaneado con alta precisión el positivo del molde para repostería, y Montal ha encargado planchas de moldes para realizar porciones individuales del dulce, que se ha presentado este lunes en su establecimiento.
Tres postres
Respecto a cuál era la receta con la que se materializaba la figura, existen tres posibilidades: dulce de membrillo, pasta de almendra molida con miel –una especie de mazapán– o arrope –pasta de mosto de uva–.
La figurita que se obtenía con el molde tenía aproximadamente 22
centímetros de longitud por 8,5 centímetros de altura y pesaba alrededor de una libra romana, unos 327 gramos.
Para reconstruir el proceso del uso de este molde se ha escogido la opción de la carne de membrillo, muy apreciada por los romanos, especialmente la procedente de Hispania.
La elaboración en moldes figurados es una costumbre que ha perdurado hasta la actualidad en Sicilia. La receta de la confitura o carne de membrillo es recogida por el agrónomo y escritor hispano Columela en su obra De Re Rustica (XII, 41) con el nombre de ‘conditura ex cydoneis’.
La pieza se fecha en el siglo III d.C., época en la que es frecuente repartir de manera gratuita ‘crustula et mulsum’ –lo que para en la actualidad serían dulces y vino mezclado con miel–, en los espectáculos públicos, ya fueran sesiones en el circo, el anfiteatro o el teatro.
Dentro del ámbito doméstico, en el Satiricón de Petronio, formando parte de los alimentos de la cena de Trimalción, se mencionan figuritas de pasta en forma de lechoncitos que son presentadas alrededor de una jabalina rellena asada, que después serían distribuidas, como recuerdo, entre los invitados.
Estos moldes para dulces, importados de Italia o el norte de África, resultan poco frecuentes en la península ibérica –únicamente se contabilizan 15 ejemplares–.
Entre los temas que aparecen en las figuras se hallan representaciones circenses, animales salvajes, luchas y carreras de carros, o escenas teatrales y eróticas, pero también reproducciones de viandas ofrecidas como regalos, como constituye esta liebre comiendo uvas, símbolo del otoño, que podía constituir un presente ofrecido como signo de hospitalidad, tal y como aparece representado, dentro de Aragón, en uno de los mosaicos de la Villa Fortunatus de Fraga (Huesca).
La liebre comiendo uvas realizada en carne de membrillo en un tamaño individual, más reducido al del original romano, será ofrecido por el establecimiento Montal entre sus diversas especialidades, para ser degustado como símbolo de la cultura zaragozana, un presente romano para la gastronomía actual de la ciudad.
El próximo 26 de junio se cerrará la exposición que hasta la fecha ha tenido una asistencia de unas 3.500 personas, a las que se añaden los especialistas que han acudido al VI Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania, que coincidiendo con el inicio de la muestra, ha concentrado a un buen número de estudiosos de todo el mundo, y que han tenido la ocasión de contemplarla.
La presencia de espectadores ha sido bastante superior a la media de la sala, lo que confirma la buena acogida de la misma, han indicado desde el Ayuntamiento de Zaragoza en una nota de prensa.