
Un total de 2.356 ciudadanos ucranianos cuentan con permisos de protección temporal Aragón a fecha de este viernes, 29 de abril, según ha indicado la delegada del Gobierno en la comunidad autónoma, Rosa Serrano. Asimismo, ha señalado que la llegada de refugiados «se está ralentizando» conforme pasan las semanas.
De la cifra total que están en territorio aragonés, 1.023 son menores de edad, según los datos aportados por la Policía Nacional y que corresponde a los permisos emitidos, pero pueden, después, desplazarse libremente y asentarse en otras comunidades autónomas.
La delegada del Gobierno ha ofrecido estos datos tras la tercera reunión de Coordinación en la Protección Temporal de Desplazados, en la que se han abordado el funcionamiento y las novedades del dispositivo de acogida de ucranianos en la región.
Por provincias, en Zaragoza hay 1.359 ucranianos, de los que 581 son menores; en Huesca han regularizado su situación 652, de los que 293 son menores; mientras en Teruel el número total es de 345, de los cuales son 149 menores.
Además de la cierta estabilización en la llegada de refugiados, muchos de ellos expresan su intención de volver a su país, ha afirmado la delegada del Gobierno en Aragón, porque la situación de la guerra avanza, pero no igual en todo el territorio, «algo fundamental para esa inquietud de regresar».
Sin embargo, en Aragón «seguimos trabajando para acoger a todos y facilitarles todos los servicios y derechos fundamentales«, ha agregado Rosa Serrano.
Violencia de género
La página web de la Delegación del Gobierno de Aragón contará a partir la próxima semana con un apartado de información específica para mujeres ucranianas que puedan sufrir violencia de género. De momento, no se ha detectado ningún caso en la comunidad autónoma, pero se pone a disposición este recurso.
Los ucranianos que acuden a las comisarías designadas, una vez presentada su documentación, consiguen su permiso de protección temporal en un plazo máximo de 24 horas desde que lo solicitan. Este documento les permite automáticamente residir, trabajar o estudiar en la Unión Europea un año, que es prorrogable hasta tres años, sin
tener que solicitar asilo.